¿Te acordás de aquel día? Puse mi mano sobre una biblia, en plena epifanía. Sin ser cristiana ni descreída, prescindí de juicios y escuché con altura:
"Te amo " pensé solamente, pues ni tuve pedidos ni preguntas, y la página azarosa ya sabía.
"Yo te amo"
respondió la escritura.
Nada más idéntico a Dios que un buen pensamiento.
Ordenado y creador.
El espacio y el tiempo a su servicio.