Frustración de escribir ahora.
(Que me ayudes amigo…)
Me encontré cansada de escribir tanto para tan pocos. Me pregunté si no debía callar, como bien aconseja Zaratustra; la frustración de estar hecha para otros oídos me cunde en pánico irascible. ¡Han fracturado mi calma, estos deshechos de conducta mundana!, y si bien lo ha logrado, recuperaré pronto la mesura.
Me dio un compañero la palabra de esperanza y altura, rogué no estar equivocada.
Me contó que era aquello para todos, más que la ansiedad no me ganara, sería irremediable para él la activación espontánea del sentido de la vida. Hete aquí mi miedo: ¿sería mi compañero tan caritativo que ofrendaba sin arrogancia el saber al hombre idiota? Ese sí que se amaba, y que amaba las esencias…como el olfato se acerca a la flor, mas esta última nunca tendrá olfato.
Él quiere convencerlo, esperarlo, le estrecha su mano y le invita…más nadie dará pan a quien no tiene dientes, porque ha nacido de un destino sin ellos.
Qué suerte de desesperanza, el vacío en palabras lindas, palabras grandes, portadoras de magia, imperceptibles para el pobre hombre… que se levanten, ¡que se levanten! Que hagan mentiras de mi intuición. Te pido mi ayuda, compañero calmo, ¡libérame de esa desconfianza!.
Me miro en un espejo pasado y los veo, hablando de paz, de amor, de respeto y prioridades, de sólo pensar cuánto me odié inmersa en vanidades e ideales imposibles para mi estado, les odio también a ellos, me dan vergonzosa pena, pero ayúdame a tender esa mano….¿van a elevarse? Van a elevarse…. ¡van a elevarse!.
Confío en ti, como en mí misma, entonces prendo músicas y me desprendo, de esta instancia agonística, me pierdo, me hago humo… ¿estaré buscando engañar la conciencia? ¿No es acaso de la mano del sonido armónico que los hombres callan? ¡Que no tengo que escucharlos!, sus esencias bailan, reaccionan como cobras a la dulzura del encantamiento en el pentagrama…más no por eso remueven el veneno de sus colmillos.
Sus esencias reaccionan al decoro de los otros, se acoplan y danzan iguales, y no saben lo que hacen… ¡ay qué estado casi puro!… más por algo están entre luces y sombras; mitad claro, mitad oscuro, hasta retirarse a sus moradas, melancólicos y sufridos de no lograr contener al sonido… aquel que si alguien posee, lo detiene, lo atrapa, boicotea su misma existencia, su movimiento, no le logrará atrapar para sí, tan sólo puede acariciar su etéreo rumbo en puntas de pie.
Es la música una de las pocas cosas que el hombre nunca podrá poseer, porque no penetra por el simple sentido auditivo, penetra como intruso hermoso a maravillar directo al alma. Que la encuentren, amigo de esta alma mía, me deseo la suerte de que me convenzas, con tu plácida retórica sincera…que abras sintonías con tus artes, ¡que les resucites el verdadero sentido!
Síntesis del conflicto:
Obtuve la ayuda. El retorno al respeto de todas las tintas, texturas y colores de cada esencia. La disparidad de “batallas” diría el amigo al que se la rogué.
Ahora sólo les deseo el encuentro, la identificación de cada batalla propia e individual. Mas mientras tanto… aún quiero retirarme al exilio, a degustar la mía propia, a no escucharlos todavía.
Gracias, me curaste del odio. Ahora puedo volver a escribir.