miércoles, 5 de septiembre de 2007

Camino a casa


Me voy a casa. Me pasa pocas veces, pero me equivoqué de parada y me quedan un par de cuadras hasta ahí. Posta, nunca me pasa...igual en el centro siempre surgen cosas. No se, cuando apenas me decidí por estudiar publicidad, saqué las mejores ideas mientras caminaba por 18, anotando en la libretita de la conferencia de la cámara de anunciantes. Pero no se si eran tan buenas ideas. Quizás el apuro metropolitano hace parecer todo colgadísimo. Nunca me senté a pensar esos bocetos...¡ja! ¡Qué coherente!...consecuente...correspondiente...adecuado. Me gustan los sinónimos. Las palabras pomposas. Te hacen sonar inteligente...¡alguno se la cree!

¿Será hoy? Interrogante recurrente sobre el nacimiento de una genialidad ¡ja!, me puse pomposita...qué bien, me encanta. No, en serio, me tiene enferma. Seguro que harto porcentaje de genios se iluminaron mientras caminaban entre gente distraída, iban colgados, mirando todo desde afuera...no, no, desde adentro...entendiendo de repente con un nuevo paradigma que; sin siquiera saberlo; iba a cambiar el mundo. Entre términos complicados y casualidades de la vida...algo como: “fui a comprar pan, y entonces comprendí”. Puntos suspensivos, seguido de un título magnífico, das vuelta la página y ahí está... el primer capítulo de algo ilustre. No se de qué. Algo. Pero da para conferencias alrededor del mundo, un Nobel y todo eso.
Pa, seguro que se da así. En la boba. De repente, en un momento irrelevante para que te caiga la ficha. Y después vos te hacés un poco la boluda. Cuando ya te dieron pelota hay que apurarse a aprender de humildad. No al revés. Hay que ser ambicioso, un poco demente para salir con algo nuevo. Cuando lo reconoce la vida pública, chau, sos Cobain. Bucito de lana bien rotoso, zapatillas viejas, lentes pegados con cinta adhesiva y listo. Te convertiste en la sensación que todo el mundo quiere cuidar. El hijo pródigo del mundo intelectual.
Seguro que los genios tienen manías. Dejos de personalidades obsesivo-compulsivas. Yo no piso las líneas del piso mientras camino. Mmmmmm... qué cacofonía. Si tuviera que escribirlo en mi libro tendría que buscar un sinónimo, decirlo mejor: “Al encuentro de un camino estampado de líneas, me remito religiosamente a a dar paso en espacios en blanco” ¡ja, ja! Si mi libro se hace famoso, van a analizar esa frase hasta el cansancio. Dirán que hablaba de mi filosofía, “de intachable reputación innovadora”... espacios en blanco, en un mundo post moderno, donde “la autora encontró tierra fértil para una profunda reflexión”. Pa, que fantasma. ¿Los genios son fantasmas? Cualquiera, estoy pensando cualquiera...
... ¿Y si después de pensar esto me doy cuenta? ¡¿Y si ésta es mi hipótesis?! Algo como: “Las genialidades surgen de un estado de conciencia en el que la atención está afectada por un contexto ruidoso, que obliga al pensamiento a elevarse del subconsciente, revelando posibles innovaciones para el estado conciente”. No se...la psicología está trillada, y ni ahí la tengo clara... quizás: “ La entropía de un sistema es la responsable de la formación de nuevos compuestos. El desorden es la causa de la creación”. Naaa..., Stephen Hawkins va a venir a romperme el orto. No es fácil. Quizás tendría que inventar una disciplina nueva. O una nueva ola filosófica. Un libro de 500 páginas, lleno de palabras como “pragmática”, “arte”, “método”, “maldad” y “depuración”. Cómo se unen no se. ¡No voy a pensarlo ahora!... aunque seguramente termine como siempre, con un texto de 20 en lugar de 500.
Se me acaba el tiempo... unas cuadras de plazo...y mis ideas aún conforman heterogéneos vapores de nube, se vuelven a esfumar.
No quiero sacar las llaves...
Bué, ya estoy acá... me sentaré a mirar la tele...otro día será.

Erección


RING, otro día más.





Me desperté hoy como siempre, con los ojos pegados, el pelo hecho un nido de pájaros y sin saber bien la razón por la cual debería de obedecer ese maldito enemigo. Lo miré entonces, en la rendija que permitía la vista entre mis párpados pesados y llenos de pereza, y todavía borroso, pudo causar rabia en mi estado casi nulo de vigilia. Más que rabia, deberiá decir odio, asco, aborrecimiento, rencor...no me alcanzan los términos para decirlo realmente. Cerré otra vez mis ojos, con la esperanza de que mis oidos me estuviesen engañando, y no estuviese asi ante la obligacion de golpearlo sin piedad. Paz, paz, me lo dijo la escuela...no debo odiar...
Pero ahi, tan tranquilo, como si no pasara nada...como si las pocas horas de sueño que pude conciliar fuesen burladas por su presencia que no variaba en lo más mínimo...jamás. Mi cara de enfermedad mental, totalmente ignorada por la rigidez de su actitud.¡ Siete de la mañana, imbécil!¿Acaso no te enseñaron de la necesidad del descanso para un correcto rendimiento?
Seguramente no...ya que me miras sonriente mientras trato de mover mis brazos adormecidos, para sacarme esta porquería que mis ojos segregaron otra vez. Que repugnancia; la señal de un sueño deficiente...por exceso o por defecto, da igual.
Tal ves si por 5 minutos pudieses callarte...y dejarme caer en el vacío de pensamientos irracionales que me quitan de la realidad...¡como pesa mi cráneo acomodado cómodamente en esta almohada! Descanso, si me lo permites, por sólo un poco más...no hará la diferencia. La calidez de mi tumba, y la tranquilidad cuando yazco en ella no será interrumpida por un simple ocupador de espacio como tu.
¡¿no vas a callarte?! Deberé de golpearte entonces, con el máximo esfuerzo por levantar esta mano moribunda, hasta que la dureza y habilidad de mi golpe seco en tu superficie, te quite esa estúpida idea de que voy a someterme ante tu voluntad.
No eres tan suspicaz ahora, no? Perdido en tu silencio, intentando volver a perturbarme...pero las funciones de tu anatomía ya entendieron, que no soy la persona con la que te quieres meter.
Y muero, aqui adentro...ahhh, dulce infierno de la evasión natural.
Pero queda en mi conciencia, latente, la idea de que me quisiste sacar de aqui, arrastrarme otra vez en ese mundo irrelevante, incoherente, desorganizado, caótico, no!!
Maldita sea tu voluntad, tu envidia por mi paz, ¡¡¿por que?!! por qué tuviste que experimentar esa sensación tan dañina, acaso no sabés que mi vida es un desastre?, tan imprescindible es la acción de lastimarme más aún, cuando encuentro la tranquilidad de escapar perdida entre mis sábanas tibias?.
No ves que la gente que me rodea me obliga indirectamente a yacer aqui, moribunda? Que me juzgan, me aman, me odian, me adoran, me tienen asco, me envidian, se rien en mi cara, me cuidan, me matan, me hacen sentir, realmente sentir, el sabor ácido de la locura???????? Es a eso a lo que me quisiste llevar? Valga la redundancia...¡¿por qué?! ¿Será que en alguna oportunidad te hice tanto daño que debo ahora recuperar la claridad de mi karma dejando que me aniquiles?
Asesino...me rindo...siempre lo mismo contigo...pero como todo, ya pasó.
No podría volver a dormir ahora, el timbre que sale de ti ya me quitó el sueño que venía teniendo. Y sabés qué?, soñaba que volaba...y tuve que bajar.
Como lo odio, lo odio...ODIO AL DESPERTADOR.


Son estos pensamientos de rencor a la vida de rutina los que arruinan las mentes contemporáneas. La obligación de hacer lo que no queremos hacer nos va alimentando, y genera de a poco un rechazo a todo lo establecido.
No puedo dormir hasta tarde, pero no puedo dormirme temprano. Tengo sueño y los ojos no se me cierran...tengo ganas de terminar de ver la película y me duermo por la mitad.
Es una sucesion de hechos que le quitan la transigencia a mi personalidad. Y termino siendo como los intolerantes a los que critico: irritada porque si.
Pero no quiero entrar en detalles en todo...son algunas cosas las que pueden servir para enriquecer la desprolijidad y falta de elocuencia en mis escrituras. No son todas.