miércoles, 5 de septiembre de 2007

RING, otro día más.





Me desperté hoy como siempre, con los ojos pegados, el pelo hecho un nido de pájaros y sin saber bien la razón por la cual debería de obedecer ese maldito enemigo. Lo miré entonces, en la rendija que permitía la vista entre mis párpados pesados y llenos de pereza, y todavía borroso, pudo causar rabia en mi estado casi nulo de vigilia. Más que rabia, deberiá decir odio, asco, aborrecimiento, rencor...no me alcanzan los términos para decirlo realmente. Cerré otra vez mis ojos, con la esperanza de que mis oidos me estuviesen engañando, y no estuviese asi ante la obligacion de golpearlo sin piedad. Paz, paz, me lo dijo la escuela...no debo odiar...
Pero ahi, tan tranquilo, como si no pasara nada...como si las pocas horas de sueño que pude conciliar fuesen burladas por su presencia que no variaba en lo más mínimo...jamás. Mi cara de enfermedad mental, totalmente ignorada por la rigidez de su actitud.¡ Siete de la mañana, imbécil!¿Acaso no te enseñaron de la necesidad del descanso para un correcto rendimiento?
Seguramente no...ya que me miras sonriente mientras trato de mover mis brazos adormecidos, para sacarme esta porquería que mis ojos segregaron otra vez. Que repugnancia; la señal de un sueño deficiente...por exceso o por defecto, da igual.
Tal ves si por 5 minutos pudieses callarte...y dejarme caer en el vacío de pensamientos irracionales que me quitan de la realidad...¡como pesa mi cráneo acomodado cómodamente en esta almohada! Descanso, si me lo permites, por sólo un poco más...no hará la diferencia. La calidez de mi tumba, y la tranquilidad cuando yazco en ella no será interrumpida por un simple ocupador de espacio como tu.
¡¿no vas a callarte?! Deberé de golpearte entonces, con el máximo esfuerzo por levantar esta mano moribunda, hasta que la dureza y habilidad de mi golpe seco en tu superficie, te quite esa estúpida idea de que voy a someterme ante tu voluntad.
No eres tan suspicaz ahora, no? Perdido en tu silencio, intentando volver a perturbarme...pero las funciones de tu anatomía ya entendieron, que no soy la persona con la que te quieres meter.
Y muero, aqui adentro...ahhh, dulce infierno de la evasión natural.
Pero queda en mi conciencia, latente, la idea de que me quisiste sacar de aqui, arrastrarme otra vez en ese mundo irrelevante, incoherente, desorganizado, caótico, no!!
Maldita sea tu voluntad, tu envidia por mi paz, ¡¡¿por que?!! por qué tuviste que experimentar esa sensación tan dañina, acaso no sabés que mi vida es un desastre?, tan imprescindible es la acción de lastimarme más aún, cuando encuentro la tranquilidad de escapar perdida entre mis sábanas tibias?.
No ves que la gente que me rodea me obliga indirectamente a yacer aqui, moribunda? Que me juzgan, me aman, me odian, me adoran, me tienen asco, me envidian, se rien en mi cara, me cuidan, me matan, me hacen sentir, realmente sentir, el sabor ácido de la locura???????? Es a eso a lo que me quisiste llevar? Valga la redundancia...¡¿por qué?! ¿Será que en alguna oportunidad te hice tanto daño que debo ahora recuperar la claridad de mi karma dejando que me aniquiles?
Asesino...me rindo...siempre lo mismo contigo...pero como todo, ya pasó.
No podría volver a dormir ahora, el timbre que sale de ti ya me quitó el sueño que venía teniendo. Y sabés qué?, soñaba que volaba...y tuve que bajar.
Como lo odio, lo odio...ODIO AL DESPERTADOR.


Son estos pensamientos de rencor a la vida de rutina los que arruinan las mentes contemporáneas. La obligación de hacer lo que no queremos hacer nos va alimentando, y genera de a poco un rechazo a todo lo establecido.
No puedo dormir hasta tarde, pero no puedo dormirme temprano. Tengo sueño y los ojos no se me cierran...tengo ganas de terminar de ver la película y me duermo por la mitad.
Es una sucesion de hechos que le quitan la transigencia a mi personalidad. Y termino siendo como los intolerantes a los que critico: irritada porque si.
Pero no quiero entrar en detalles en todo...son algunas cosas las que pueden servir para enriquecer la desprolijidad y falta de elocuencia en mis escrituras. No son todas.

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