darse cuenta de algo.
Rainha do mar reveló
mi alma desnuda y salvaje,
mas aún
reconocí otra evocación:
me encontré contigo
y éramos compañeros.
"El agua leuda a cada suspiro -pensé- Iemanyá es tan sensible..."
"ya lo sé" respondiste y coronaste la correspondencia con un beso.
Sonreí en aquel ensueño
de piel de bestia y epifanía
también sonrió mi boca
inyectada de eternidad descubría
que te amaba.
1 comentario:
Hermoso...
Publicar un comentario