Cuando me levanto y abro los ojos, mi nombre es
Buen Día.
Cuando me levanto y sigo durmiendo,
decide mi día quién soy.
sábado, 24 de abril de 2010
domingo, 18 de abril de 2010
viernes, 16 de abril de 2010
I
Hay en el silencio cierta estática.
También los relojes se erizan ante quién les saca la ropa
II
Todo lo que me rodea y no se desnuda es tan satánico como aquello que se me desnuda y vuelve a cubrirse
III
Dios que es Diablo se enhebra en las palabras,
teje mantos que cubren y encubren.
Por debajo y detrás, entre medio y arriba
está el aire de silencio y la profesía ilegible, pues no es profesa.
Allí mismo mi danza es danza y sigue siendo.
Ahora.
Y ahora.
Y ahora,
Y ahora gira.
El mismo ahora.
Estoy bailando con la entereza en la nada,
y soy puro,
sólo así.
IV
A las venas les pesa su propia sangre, pues la sangre es contenida y es ese mismo administrarse quién me ahorca
V
Yo nunca he sido joven, esta juventud no me es espejo
VI
Camino la sala de la locura y los despertares pues mi propia pureza me obliga. Este es mi manifiesto, mi atado de sentidos y mi impotencia también
VII
Se tienden reglas como núcleos, se tienden aristas entre los núcleos, se tienden colores sobre las aristas y luego formas, y hete allí los bosques, tu cara y la mía
VIII
Tú que te construyes con cada gesto y te desarmas en el mismo proceder como se construye y desarma cualquier artificio: ante mis ojos se disuelve tu abyección forzada. Tú, con tu maldad inverosímil que apenas echa bocanada de humo. Tú que escupes restos de fuego prestado, tu maldad es infantil y figurativa en exceso, te miro desde eones más adelante y no veo novedad. Quién se ha transformado se ha convertido en sí en una idílica combustión"
IX
Cuando se va lo suficientemente rápido, se vuela, y es la ciencia del espíritu.
X
No es mi cara sino la máscara adecuada para que mi boca se te parezca y lo suficientemente exótica para recordarte a tu propia salvajez. Para que le creas a mi conciencia me presento y manifiesto. Reconócete
XI
Música es alquimia
Hay en el silencio cierta estática.
También los relojes se erizan ante quién les saca la ropa
II
Todo lo que me rodea y no se desnuda es tan satánico como aquello que se me desnuda y vuelve a cubrirse
III
Dios que es Diablo se enhebra en las palabras,
teje mantos que cubren y encubren.
Por debajo y detrás, entre medio y arriba
está el aire de silencio y la profesía ilegible, pues no es profesa.
Allí mismo mi danza es danza y sigue siendo.
Ahora.
Y ahora.
Y ahora,
Y ahora gira.
El mismo ahora.
Estoy bailando con la entereza en la nada,
y soy puro,
sólo así.
IV
A las venas les pesa su propia sangre, pues la sangre es contenida y es ese mismo administrarse quién me ahorca
V
Yo nunca he sido joven, esta juventud no me es espejo
VI
Camino la sala de la locura y los despertares pues mi propia pureza me obliga. Este es mi manifiesto, mi atado de sentidos y mi impotencia también
VII
Se tienden reglas como núcleos, se tienden aristas entre los núcleos, se tienden colores sobre las aristas y luego formas, y hete allí los bosques, tu cara y la mía
VIII
Tú que te construyes con cada gesto y te desarmas en el mismo proceder como se construye y desarma cualquier artificio: ante mis ojos se disuelve tu abyección forzada. Tú, con tu maldad inverosímil que apenas echa bocanada de humo. Tú que escupes restos de fuego prestado, tu maldad es infantil y figurativa en exceso, te miro desde eones más adelante y no veo novedad. Quién se ha transformado se ha convertido en sí en una idílica combustión"
IX
Cuando se va lo suficientemente rápido, se vuela, y es la ciencia del espíritu.
X
No es mi cara sino la máscara adecuada para que mi boca se te parezca y lo suficientemente exótica para recordarte a tu propia salvajez. Para que le creas a mi conciencia me presento y manifiesto. Reconócete
XI
Música es alquimia
jueves, 8 de abril de 2010
martes, 6 de abril de 2010
Pequeñas esperanzas.
Aún luce mi ilusión al mirarte visión blanca,
Suponerte no me ancla.
Aún ignoro tus dolores y eres virgen de agonías,
Carroza sin averías.
Y proyecto lo divino, lo que ya esperé y no vino,
Cuando te imagino.
Tus silencios aún los hago callares de hombre ilustre,
¡No los frustres!
Impecablemente sano, fiel antídoto al desgano.
Se mirándote las manos.
Y al ojear sólo un destello que se asoma en la fisura,
De los miedos que me amuran,
Fantaseo con estrellas y olor a cosmogonías
Que me contarás un día.
Aprovecho el pecho activo y despabilo algunos versos,
En sueño inmersos.
Vete lejos, no preguntes, que abriendo la boca cansas …
¡Mis pequeñas esperanzas!
Suponerte no me ancla.
Aún ignoro tus dolores y eres virgen de agonías,
Carroza sin averías.
Y proyecto lo divino, lo que ya esperé y no vino,
Cuando te imagino.
Tus silencios aún los hago callares de hombre ilustre,
¡No los frustres!
Impecablemente sano, fiel antídoto al desgano.
Se mirándote las manos.
Y al ojear sólo un destello que se asoma en la fisura,
De los miedos que me amuran,
Fantaseo con estrellas y olor a cosmogonías
Que me contarás un día.
Aprovecho el pecho activo y despabilo algunos versos,
En sueño inmersos.
Vete lejos, no preguntes, que abriendo la boca cansas …
¡Mis pequeñas esperanzas!
Casi.
Soy una acróbata,
Puedo volar,
Casi.
Me impulso al aire y voy tan profundo
Que hay agua.
Y cuando nado en el cielo,
Y la lluvia es hermana mía,
Las nubes y truenos
Me guardan en su paraguas.
Y no siento frío,
En este altísimo abismo.
Floto y canto
Soy el viento mismo.
Entre todas las cosas
Congelo también al tiempo,
Y recito del hielo
Poesías, novelas, cuentos.
Soy una acróbata,
Puedo volar,
Casi.
Celosa la Tierra
Me ha condenado al peso
E imantada al humano
Caigo, el portal se cierra,
Y recuerdo mi vuelo
Anecdótico, solo eso
Me abrigo y me cuido,
Aquí no soy inmune,
Donde hay frío y ruido,
Y no flotan y se hunden
Mis piernitas temblorosas
Que en el aire eran de pluma
Ya se entrenan rencorosas
A saltar, ¡tres, dos, una!
Soy una acróbata,
Puedo volar,
Casi.
Puedo volar,
Casi.
Me impulso al aire y voy tan profundo
Que hay agua.
Y cuando nado en el cielo,
Y la lluvia es hermana mía,
Las nubes y truenos
Me guardan en su paraguas.
Y no siento frío,
En este altísimo abismo.
Floto y canto
Soy el viento mismo.
Entre todas las cosas
Congelo también al tiempo,
Y recito del hielo
Poesías, novelas, cuentos.
Soy una acróbata,
Puedo volar,
Casi.
Celosa la Tierra
Me ha condenado al peso
E imantada al humano
Caigo, el portal se cierra,
Y recuerdo mi vuelo
Anecdótico, solo eso
Me abrigo y me cuido,
Aquí no soy inmune,
Donde hay frío y ruido,
Y no flotan y se hunden
Mis piernitas temblorosas
Que en el aire eran de pluma
Ya se entrenan rencorosas
A saltar, ¡tres, dos, una!
Soy una acróbata,
Puedo volar,
Casi.
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