sábado, 14 de julio de 2012

Tormenta


Nunca había visto al mar
querer acercarse tanto al cielo,
y nunca mi corazón tan paralelo.
Nunca tanto gusto por la intemperie,
las olas se sacuden su hondísimo disgusto.
Les miro escupir espuma por la boca y el cielo, amante paciente, consuela con sábanas rosa a esas fauces que lo invocan.

Por qué piensas que camino en la tormenta, bitácora entre manos? Pues yo con esas olas comparto un delirio, hombre mi cielo son tus manos.

Pocas como yo habrán visto éstas tímidas palmeras, ninguna que a su lado te añore tan de veras.
Vuelve que me haces falta,
vuelve que nunca estuviste,
te dejaré contar que a mi mar embravecido por tu cielo viste...

Conjuro que nos una un hilo cortito,
relajado como hombros de laguna.
Contemplándote de lado navegaré mi suerte, cielo,
poder volver a verte.
El mar envidia mi fortuna.

3 comentarios:

Isabel dijo...

"Vuelve que nunca estuviste" me mato..

Isabel dijo...

"vuelve que nunca estuviste" me mato...

Anónimo dijo...

Punzante, puro y sabio - directo al corazón- hermoso